Alfons Mucha y sus modernistas alegorías y carteles publicitarios

Alfons Mucha y sus modernistas alegorías y carteles publicitarios

Alfons Maria Mucha (Ivančice, 24 de julio de 1860 – Praga, 14 de julio de 1939) fue un artista gráfico y decorativo checo, muy reconocido en su época gracias a sus alegorías y a sus carteles publicitarios, que está considerado el máximo exponente de la pintura modernista; hasta tal punto que, en sus inicios, al Art Nouveau se lo denominaba «Estilo Mucha».

Alfons Mucha y sus modernistas alegorías y carteles publicitarios

Autoretrato de Alfons Mucha (1907).

Autoretrato de Alfons Mucha (1907).

Alfons Mucha fue un adelantado a su tiempo dentro del mundo de la publicidad, contribuyó de manera importante a la popularización de las artes gráficas y está considerado como uno de los padres de la ilustración moderna. En su obra, tan reconocible como prolífica, podemos encontrar diseños de interiores, decorados teatrales, vestuario, muebles, alfombras, escaparates, joyas; e incontables ilustraciones para libros, calendarios, postales, sellos o billetes. Hagamos un repaso de lo más interesante de su vida y obra:

Mucha en París

Tras trabajar como pintor decorativo de escenarios teatrales en su Moravia natal y en Viena, estudió en la Academia de Bellas Artes de Munich bajo el mecenazgo del Conde Kart Khuen de Mikulov; quien previamente había quedado muy satisfecho con unos murales que le había encargado para decorar un castillo. En 1887, Mucha se mudó a París, donde completó sus estudios en la Académie Julian y en la Académie Colarossi (ambas, pioneras a la hora de permitir la matriculación de mujeres, y en que estas pudieran dibujar modelos desnudos).

Alfons Mucha en su estudio.

Alfons Mucha en su estudio de París.

Allí, la industria librera cobró impulso con las nuevas técnicas de impresión de la época. Nacieron nuevas editoriales y surgieron muchos puestos de trabajo para ilustradores. Mucha conocía las labores de imprenta y comenzó a realizar ilustraciones para portadas de publicaciones, calendarios o carteles publicitarios. Las creaba pensando en su facilidad de impresión, con trazos muy marcados; y supervisaba su proceso de coloración con los técnicos del taller. Como ejemplos, las portadas para L´Illustré Soleil du Dimanche (1897), Le Monde Moderne (1897), Le Mois (1898), Le Monde Illustré (1899), Dictionnaire des Arts Décoratifs (1902) y Paris Illustre (1903):

O los calendarios del año 1898 para Chocolat Mexicain Masson y para Savonnerie de Bagnolet:

Mucha y el Théâtre de la Renaissance de Sara Bernhart

Y es en esa faceta, la publicitaria, en la que Alfons Mucha encontró el éxito profesional; gracias sobre todo a un cartel litográfico para la obra de teatro Gismonda, de Victorien Sardou. El encargo provenía de Sara Bernhart, actriz protagonista de la obra, empresaria del Théâtre de la Renaissance y una de las personas más influyentes del París de finales del siglo XIX.

Théâtre de la Renaissance. El famoso cartel litográfico con la actriz Sarah Bernhardt en el papel protagonista de Gismonda, de Alfons Mucha (1894)

Famoso cartel litográfico con la actriz Sarah Bernhardt en el papel protagonista de Gismonda (1894).

La Bernhart quedó fascinada con el cartel, que a principios de 1895 inundó las calles despertando el interés de los transeúntes, por su novedosa estética, su formato vertical y su gran tamaño. Por ello, le ofreció un contrato en exclusiva con la compañía que duró seis años; en los que se encargó del diseño de los decorados, del vestuario y de los complementos, y por supuesto de la cartelería (que contribuyó notablemente a difundir la fama de la actriz fuera de Francia). Como ejemplos:

Théâtre de la Renaissance. La Dame aux camélias, de Alfons Mucha (1896).

La dame aux camélias (1896).

Théâtre de la Renaissance. La Samaritaine, de Alfons Mucha (1897)

La Samaritaine (1897).

Lorenzaccio, de Alfons Mucha (1899).

Lorenzaccio (1899).

Théâtre de la Renaissance. Médée, de Alfons Mucha (1898)

Médée (1898).

Théâtre de la Renaissance. Hamlet, de Alfons Mucha (1899).

Hamlet (1899).

Théâtre de la Renaissance. La Tosca, de Alfons Mucha (1899).

La Tosca (1899).

Las alegorías de Mucha

Son muy célebres sus abundantes alegorías, casi siempre protagonizadas por figuras femeninas (habitualmente jóvenes de frondosas melenas y vestimentas de corte neoclásico), enmarcadas por filigranas y arabescos; muy influenciadas por la linealidad del grabado japonés, tan en boga entre los pintores de su tiempo. Con frecuencia las agrupaba en series temáticas, con cuatro alegorías por serie. Una de las más famosas es Las cuatro estaciones (1896):

Primavera, de Las cuatro estaciones de Alfons Mucha (1896).

Primavera, de Las cuatro estaciones (1896).

Verano, de Las cuatro estaciones de Alfons Mucha (1896).

Verano, de Las cuatro estaciones (1896).

Otoño, de Las cuatro estaciones de Alfons Mucha (1896).

Otoño, de Las cuatro estaciones (1896).

Invierno, de Las cuatro estaciones de Alfons Mucha (1896).

Invierno, de Las cuatro estaciones (1896).

Resultó un éxito rotundo de ventas, por lo que el editor de Mucha, Fernando Champenois, le pidió otras dos series con la misma temática en 1897 y 1900:

Las cuatro estaciones, de Alfons Mucha (1897).

Las cuatro estaciones (1897).

Las cuatro estaciones, de Alfons Mucha (1900).

Las cuatro estaciones (1900).

También fueron muy populares sus cuatro alegorías de la serie Las artes (1898); dedicadas a la danza, a la música, a la pintura y a la poesía:

Danza, de la serie Las artes de Alfons Mucha (1898).

Danza, de la serie Las artes (1898).

Música, de la serie Las artes de Alfons Mucha (1898).

Música, de la serie Las artes (1898).

Pintura, de la serie Las artes de Alfons Mucha (1898).

Pintura, de la serie Las artes (1898).

Poesía, de la serie Las artes de Alfons Mucha (1898).

Poesía, de la serie Las artes (1898).

Todas ellas, muy identificables en nuestros días, al igual que las siguientes tres series. La primera trata el tema de Las horas del día (1899):

Las horas del día, de Alfons Mucha (1899).

Las horas del día (1899).

En la segunda aparecen Cuatro gemas (1900); Rubí, Amatista, Esmeralda y Topacio:

Cuatro gemas, de Alfons Mucha (1900).

Cuatro gemas (1900).

Y la tercera está dedicada a La Luna y las estrellas (1902); concretamente al Lucero del alba, al Lucero vespertino, a la Estrella Polar y al Claro de Luna:

La Luna y las estrellas (1902), de Alfons Mucha.

La Luna y las estrellas (1902).

Los carteles publicitarios de Mucha

Mucha vivió en París durante 23 años, ciudad en la entabló amistad con otros artistas como Rodin o Gauguin (con quien llegaría a compartir estudio); y en la que le cambiaron su nombre checo, Alfons, por el francés por el que es internacionalmente más conocido, Alphonse. En la capital francesa desarrolló la mayor parte de su carrera publicitaria. A continuación, algunos de sus carteles más destacables; como los que creó en 1895, 1896 y 1897 para Biscuits Lefèvre-Utile:

Estos son dos de sus carteles para la marca de papel de cigarillos JOB, de 1896 y 1898:

Estos, los carteles para Lance Parfum Rodo (1896); para Chocolat Idéal (1897); para Bières de la Meuse (1897); y el cartel Monaco – Montecarlo (1897) para la ferroviaria PLM:

Finalmente, los que Mucha diseñó para su impresor en 1897; para Chansons D´Aïeules (1898); para Champagne Moët & Chandon White Star (1899); y para La Plume, librería parisina que vendía todas sus obras:


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Mucha universal

La obra de Mucha fue expuesta en varios pabellones durante la Exposición Universal de París de 1900; ayudando a su difusión a nivel mundial (siendo repetida e imitada con frecuencia por toda Europa), y a que a partir de entonces recibiera encargos para realizar carteles publicitarios para marcas de numerosos países además de Francia. Entre otros, los carteles que creó para el centenario de la empresa española Chocolates Amatller (1900); para el Champán Monopole de Heidsieck And Co (1901); o para la marca británica de bicicletas Perfecta (1902):

Y nuevos carteles para obras de teatro, como el que realizó para la actriz Leslie Carter (1908); quien contrató a Mucha durante sus viajes a Estados Unidos cuando ésta intentó superar la suntuosidad de las obras de teatro de Sarah Bernhardt (algo que la llevaría a la ruina):

Cartel para la actriz Leslie Carter, de Alfons Mucha (1908).

Cartel de Alfons Mucha para la actriz Leslie Carter (1908).

Como, también, el cartel La actriz Maude Adams caracterizada como Juana de Arco (1909) para la obra La doncella de Orléans, de Friedrich Schiller:

La actriz Maude Adams caracterizada como Juana de Arco, de Alfons Mucha (1909).

La actriz Maude Adams caracterizada como Juana de Arco (1909).

O el cartel para la obra Princesna Hyacinta (1911), de Ladislav Novák, con Andula Sedláčková como protagonista:

Princesna Hyacinta, de Alfons Mucha (1911).

Princesna Hyacinta (1911).

Mucha y el joyero Georges Fouquet

En la citada Exposición Universal, el joyero Georges Fouquet presentó una colección basada en dibujos con reminiscencias orientales y bizantinas del artista checo; incluidos estos seis colgantes:

Además, Mucha diseñó los interiores de su joyería en París:

Decoración de la joyería de Georges Fouquet en París, diseñada por Alfons Mucha.

Decoración de la joyería de Georges Fouquet en París, diseñada por Mucha.

Mucha en Praga

La fama lograda por su arte comercial no terminó nunca de satisfacer a Mucha, más allá de considerarlo como una herramienta para subsistir económicamente; pues pensaba que el arte existía principalmente para transmitir un mensaje espiritual. Por eso, poco a poco se fue concentrando más en proyectos que ennobleciesen al arte, y con el tiempo, a su lugar de nacimiento.

Murales de Alfons Mucha en la Casa municipal de Praga.

Murales de Alfons Mucha en la Casa municipal de Praga.

Tras los citados viajes a Estados Unidos, se instaló en Praga en 1910, donde decoró varios lugares distintivos de la ciudad, como el Teatro de Bellas Artes o la Casa Municipal; e incluso creó una vidriera para la Catedral de San Vito:

Su estilo pictórico se transformó notablemente durante aquellos años. Sus temáticas se tornaron menos alegres, quizás más maduras, y sus obras mucho menos coloridas; como se puede comprobar en estos dos cuadros, Destino y Noche de Invierno, de 1920:

Y también en los diversos retratos que hizo a su familia; a su mujer, Maruška, quien posó en repetidas ocasiones para el pintor modernista, y a sus dos hijos, Jaroslava y Jiří:

La mayor acabaría convirtiéndose también en artista; y el menor fue un conocido periodista, escritor, guionista, autor de novelas autobiográficas y estudioso del trabajo de su padre.

La épica eslava

En 1911 había comenzado a trabajar en su obra más importante, a la que dedicó 16 años: La épica eslava. Se trata de 20 grandes pinturas murales inspiradas en la mitología eslava y en la historia de la nación checa; que Mucha donó a la ciudad de Praga en 1928.

Alfons Mucha trabajando en La épica eslava en 1920.

Alfons Mucha trabajando en La épica eslava en 1920.

Entre ellas, las pinturas Eslavos en su hogar original (1912), El zar búlgaro Simeón el Grande (1923), Después de la Batalla de Grunwald (1924), El sagrado Monte Athos (1926) y Coronación del zar serbio Esteban Dušan como emperador romano de Oriente (1926):

Mientras tanto, cuando se fundó Checoslovaquia, tras la Primera Guerra Mundial, Mucha diseñó postales, sellos, billetes y algunos documentos gubernamentales del nuevo estado.

Sello checoslovaco, de Alfons Mucha (1918)

Sello de 2 coronas checoslovacas, diseñado por Mucha (1918).

Tras la invasión alemana de Checoslovaquia, por su vocación nacionalista, Mucha fue arrestado, interrogado y torturado por la Gestapo; un episodio que le acabaría provocando un débil estado de salud y psicológico, que derivaría en su muerte por pulmonía en 1939. En aquel momento, el Estilo Mucha ya no estaba de moda, y durante la ocupación soviética, tras la Segunda Guerra Mundial, su obra fue ocultada; después de todo, la sensualidad de las mujeres de sus pinturas no encajaban con el realismo socialista. Sin embargo, desde los años 60 hasta nuestros días, su obra ha influenciado a numerosos ilustradores contemporáneos, y siempre goza de muy buena acogida por parte del público cada vez que se expone a lo largo del globo.

Mucha en Madrid

Exposición de Alfons Mucha, en el Palacio de Gaviria de Madrid

Desde el 12 de octubre de 2017 hasta el 25 de febrero de 2018 puedes disfrutar de una muestra del genial artista checo en el Palacio de Gaviria de Madrid. ¡No te la pierdas!

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2 comentarios en «Alfons Mucha y sus modernistas alegorías y carteles publicitarios»

  1. Yo me quedo con los dos. Iré a verla, tiene muy buena pinta.

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